La intervención se llevó a cabo en una terraza de 35m2 en Béccar, San Isidro.
El proyecto busca integrar el espacio con un sistema de pérgolas con paneles móviles. El desafío fue lograrlo sin apoyar o perforar el piso, ya que requiere mantenimiento del consorcio. La estructura envuelve el centro de la terraza con un sistema de vigas y columnas volando, y que luego en los extremos genera pérgolas con diferentes usos.
Mirando hacia el río un espacio contemplativo, con una vegetación que contenga y tamice el sol y el viento.
En el extremo contrario se propuso un espacio de uso: parrilla, mueble de guardado y pileta.
La vegetación fue un elemento de diseño clave en el proyecto. Con la misma premisa de la intervención, nada se apoyaba en el piso del la terraza, por lo cual se decidió utilizar la misma estructura para sostener las macetas. Se eligieron plantas que requieran poco mantenimiento y soporten vientos y sol constante.